Al menos dos militares, miembros de la Guardia Nacional, murieron este miércoles en un tiroteo a la puerta de la estación de Farragut West, una de las más populares del centro de Washington. Situada en el cruce de las calles 17 e I, se encuentra a menos 500 metros de la Casa Blanca. La noticia del tiroteo la confirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Patrick Morrissey, gobernador de Virginia Occidental, confirmó la muerte de los dos soldados. Eran miembros de la Guardia Nacional de Estado, y estaban desplegados en la capital. Un sospechoso, también en estado crítico, según desveló el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está detenido por estos hechos, según la policía local. Faltaban veinte minutos para las 15:00 (hora local) cuando el ruido las sirenas de decenas de coches de policía tomó las calles el centro de la capital estadounidense, tranquilas a esas horas, en víspera del festivo de Acción de Gracias. El Departamento de Policía Metropolitana confirmó poco después el suceso, del que no dio más información inmediatamente. Trump no estaba en el momento del tiroteo en la ciudad. El presidente de Estados Unidos viajó el martes por la noche a su residencia de Mar-a-Lago, en West Palm Beach (Florida) para pasar allí el largo fin de semana de Thanksgiving, que se celebra este jueves, el cuarto de noviembre, en todo el país.“El animal que disparó a los dos guardias nacionales, ambos gravemente heridos y ahora en hospitales separados, también está gravemente herido, pero, a pesar de todo, pagará un precio muy alto”, escribió Trump en su red social, Truth. “Que Dios bendiga a nuestra Gran Guardia Nacional y a todas nuestras Fuerzas Armadas y del Orden. Son personas verdaderamente extraordinarias. Yo, como presidente de los Estados Unidos, y todos los asociados con la Oficina de la Presidencia, ¡estoy con ustedes!“.El vicepresidente de Estados Unidos pidió en una comparecencia ante los medios que “cualquiera que se considere una persona de fe rece por esos dos miembros de la Guardia Nacional”.Miembros de la Guardia Nacional, este miércoles, en la zona acordonada tras el tiroteo.Mark Schiefelbein (AP)La Casa Blanca se puso inmediatamente en estado de alerta, y tanto la entrada como la salida de personas quedó interrumpida hasta nuevo aviso. La secretaria de prensa Karoline Leavitt dijo que Trump había sido informado de la “trágica situación”. La zona del ataque se llenó inmediatamente de agentes de los varios cuerpos que custodian la ciudad. Ya eran en torno a un centenar poco antes de las 15:30, a los que se sumaron decenas de periodistas y un buen montón de curiosos. Un helicóptero sobrevolaba la zona. Eiden, un ciudadano estadounidense de 28 años y su esposa, Gala, española de Barcelona, estaban de compras mientras se ha producido el suceso. “Parecían fuegos artificiales y como es una fecha festiva no pensé que fuera nada. Después me di cuenta de que sí lo era. Tuve miedo; parecía una película”, dijo ella. Su marido declaró: “Quiero creer que era un loco y que no quería matar a esos guardias. Lo contrario sería mucho más peligroso y desestabilizador para el país”. La Guardia Nacional está desplegada desde agosto pasado en la ciudad, por orden de Trump, que mandó las tropas para combatir la delincuencia, pese a que sus cifras estaban en retroceso, y también para contribuir en las redadas contra inmigrantes. El primer contingente desplegado en la capital fue de 800 soldados de la Guardia Nacional, reforzados después por contingentes de seis Estados de mayoría republicana que doblaron esa cifra. El Pentágono los autorizó a portar armas dentro de la ciudad.

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